miércoles, 3 de febrero de 2010

LA CAZA DE LAS BALLENAS


¿CUÁL ES EL PROBLEMA CON LA CAZA DE BALLENAS?




La captura comercial de ballenas es una de las industrias ambientalmente más destructivas, y durante el siglo pasado ha sido la responsable de llevar a numerosas poblaciones al borde de la extinción. No obstante, la Agencia de Pesca del Japón está decidida a asegurarse una reapertura de la caza comercial de ballenas a gran escala y una captura anual de miles de ballenas. Apoyado por Noruega --el otro país que todavía se dedica a la caza de ballenas y que desea reanudar el lucrativo comercio de productos de cetáceos hacia Japón-- y por un grupo de países cuyos votos en la CBI han sido comprados. Japón aduce que en la actualidad la situación es diferente y que de alguna manera la caza de ballenas no llevará a la reducción de las poblaciones balleneras y puede ser controlada. Esto no es así: hay pruebas concluyentes de que la captura comercial de ballenas lleva inevitablemente a la reducción de las poblaciones de ballenas y que sólo una prohibición permanente de estas actividades puede garantizar la supervivencia de las ballenas que aún habitan el planeta.
UNA HISTORIA VERGONZOSA
La historia de la industria ballenera revela la sobre explotación repetida que llevó a numerosas poblaciones de ballenas al borde de la extinción. Se calcula que durante los cincuenta años transcurridos entre 1925 y 1975, fueron muertas en total un millón y medio de ballenas. La devastación no fue en ningún lugar tan fuerte como en las aguas que rodean a la Antártida, donde se alimenta el 75% de las ballenas del mundo. Impulsadas por el desarrollo del arpón explosivo a fines del siglo XIX y por la introducción del buque factoría flotante en 1925, las flotas balleneras al principio se concentraron en las especie más grande y más lucrativa: la ballena azul. A medida que estos cetáceos se hicieron más escasos, el blanco fue la que le sigue en tamaño: la ballena de aleta. Este patrón de sobre explotación continuó: cuando decreció la cantidad de las ballenas de aleta fue el turno de las ballenas sei y las jorobadas. La escala de esta devastación es pasmosa: por ejemplo, se calcula que había aproximadamente 250.000 ballenas azules antárticas antes del advenimiento de la captura comercial, mientras que en la actualidad se cree que sólo quedan unas mil. La población de ballenas de aleta, alguna vez calculada en medio millón en el hemisferio sur, se redujo a alrededor de 20.000. Finalmente, tras décadas de captura sin control y poblaciones balleneras diezmadas, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) --que evidentemente había fracasado en su tarea de controlar a la industria ballenera-- propuso una moratoria para toda captura comercial de ballenas que entró en vigencia en 1986.


LA CAZA COMERCIAL: UNA INDUSTRIA INSOSTENIBLE


Existen algunos factores, tanto biológicos como económicos, que llevaron a la industria ballenera a destruir las poblaciones de ballenas una tras otra pese a que la industria dependía de la supervivencia de dichas poblaciones para su propio funcionamiento. Estos factores se han mantenido invariables y, en todo caso, las ballenas que aún habitan este mundo son todavía más vulnerables que antes debido a la degradación de los océanos por parte del hombre. Pese a que los balleneros a menudo hablan de "pesca de ballenas", las ballenas son mamíferos y no peces, y su constitución biológica les impide ser tratadas de la misma manera que a los peces. En marcado contraste con la mayoría de las especies de peces que producen grandes cantidades de huevos, las ballenas se reproducen con mucha lentitud, ya que conciben únicamente un ballenato sólo cada uno o dos años. Luego el ballenato necesita más de un año de cuidados maternales antes de poder sobrevivir por sí solo, y le llevará muchos años llegar a la madurez y poder a su vez reproducirse. Es por estos motivos biológicos que las poblaciones de ballenas tardan mucho tiempo en recuperarse de la explotación comercial. Además, es sumamente difícil contabilizar las ballenas con precisión o hacer suposiciones acerca de la salud de una determinada población. Los cálculos de población se realizan extrapolando datos de estudios y empleando fórmulas matemáticas destinadas a compensar la desigual distribución de las ballenas en los océanos y el hecho de que, desde las embarcaciones de estudio, los observadores sólo verán algunas de las ballenas de una zona determinada. Tales dificultades implican que hay muchas oportunidades de que se deslicen errores en los cálculos de los científicos y por eso la exactitud de muchos cálculos de población tiene un margen de error del 50 por ciento. Si a estos factores de suma la lenta tasa de reproducción de las ballenas, queda claro por qué es virtualmente imposible determinar las tendencias que subyacen a una población. Esa incertidumbre científica no hace más que subrayar la necesidad de adoptar un enfoque preventivo. De por sí sumamente vulnerables a la explotación comercial como consecuencia de sus rasgos biológicos, las ballenas se enfrentan ahora a un conjunto aplastante de amenazas ambientales producto de la acción humana. Hay cada vez más pruebas que muestran cómo perjudican a las ballenas el cambio climático, la disminución de la capa de ozono, la contaminación tóxica y auditiva y la escasez de presas producto de la sobrepesca. (Para más información, véase el informe de Greenpeace "Ballenas en un océano degradado".)


¿LAS POBLACIONES DE BALLENAS MINKE ESTÁN DECLINANDO?


Pese a la moratoria y al hecho de que las aguas que rodean a la Antártida están designadas como santuario ballenero, la flota de captura ballenera de Japón actualmente caza ballenas minke en los Mares del Sur. Su justificación principal es la relativa abundancia de ballenas minke en estas aguas, pero el estado de esta población tan estudiada no es nada claro. Originalmente, la ballena minke estaba considerada demasiado pequeña para que las flotas de captura de la región antártica se tomaran el trabajo de cazarla, y por eso no se la persiguió hasta la década de 1970. Cuando entró en vigencia la moratoria para las actividades balleneras, la ballena minke fue la única de las especies de grandes ballenas antárticas que se mantuvo cerca de sus cantidades originales. Hasta hace poco, por lo general se aceptaba el cálculo de 760.000 ejemplares realizado por Japón, pero cuando el Comité Científico de la CBI analizó datos más recientes durante la reunión de este año, sacó la conclusión de que la cifra real era "apreciablemente” más baja y podría no llegar a la mitad de lo que se pensabaanteriormente. Los científicos de la CBI no pudieron ponerse de acuerdo para dar una explicación acerca de la diferencia entre cifras nuevas y antiguas, aunque han presentado tres posibles razones que se mencionan a continuación:· Se registraron cambios en la forma de recabar datos; · Las ballenas habían emigrado lejos de las zonas estudiadas; · Hubo un descenso real de la cantidad de ballenas. El Comité Científico no se inclina por ninguna de estas explicaciones, pero los científicos japoneses afirman con vehemencia que la diferencia radica en la modificación de los métodos de contabilizar las ballenas. Los científicos no japoneses que tienen experiencia en la región Antártica sostienen que no es probable que una modificación de los métodos explique la situación. Creen que se ha registrado un cambio real en la población de ballenas minke. Esta reducción podría estar relacionada con el calentamiento climático, ya que la correspondiente merma de las capas de hielo puede haber reducido a su vez la cantidad de krill disponible parala alimentación de las ballenas minke.


LA CAZA COMERCIAL: UNA INDUSTRIA INCONTROLABLE


Pese a que los balleneros sabían muy bien que las poblaciones de ballenas de las que dependían estaban menguando ya en 1946 cuando se formó por primera vez la CBI, la industria ballenera siguió capturando muchas más ballenas de las que podían soportar las poblaciones de ballenas, dado que su preocupación principal era ganar dinero. El elevado valor de los productos balleneros, tanto entonces como ahora, era lo que impulsaba a la industria y llevó no sólo a que los países balleneros pasaran por alto sistemáticamente los consejos de los científicos y capturaran cupos claramente insostenibles sino que también provocó engaños en las cifras de captura generalizados. Esto fue muy notorio en la antigua Unión Soviética. En 1994 se reveló finalmente cómo la flota ballenera soviética había falsificado sistemáticamente a lo largo de 40 años los registros de captura. Algunos de estos engaños se habían realizado con observadores internacionales abordo. Por ejemplo, en la temporada 1961/2, los soviéticos sostuvieron que sus cuatro flotas balleneras sólo habían matado a 270 ballenas jorobadas, aunque en realidad una flota habíamatado en total a 1.568. Pese a que la escala de estos engaños es manifiesta, los engaños no se limitaron a la URSS. Este año, un antiguo ejecutivo de Nihon Hogei K.K. (Compañía Ballenera Limitada de Japón), el Sr. Kondo publicó sus “memorias”, que detallan los diversos métodos empleados por las estaciones balleneras costeras de Japón para manipular los registros de captura hasta el momento de la moratoria. Además de no informar sobre algunas de las ballenas capturadas, se convertían las capturas de cachalotes pequeños en menor cantidad de ballenas grandes, estirando los cuerpos de las ballenas pequeñas y dando deliberadamente información falsa sobre el género de los cachalotes hembra. En ocasiones, se invitaba a cenar afuera a los inspectores cuando se realizaban estas actividades ilegales. Como siempre, el incentivo era aumentar las ganancias.


LA CAZA COMERCIAL: UNA INVITACIÓN A LA PIRATERÍA Y EL COMERCIO ILEGAL


El elevado valor de cada una de las ballenas también ha resultado irresistible para los balleneros piratas (balleneros que cazan fuera de los auspicios de la CBI) a quienes poco importa si una determinada ballena se encuentra en peligro. Pese a que actualmente no existe un comercio internacional legal de productos balleneros (debido a una prohibición comercial impuesta por la CITES), el hecho de que exista en Japón un mercado para la carne de ballena es pantalla suficiente para los balleneros piratas. Cada vez que se realiza una prueba de ADN para determinar el origen de los productos balleneros en venta en Japón, se descubren mercaderías ilegales. Incluso un estudio reciente llevado a cabo por el Instituto de Investigaciones sobre Cetáceos (la empresa privada que se encarga de las denominadas capturas "científicas" de ballenas que realiza Japón) reveló que un 3,3% de las muestras analizadas pertenecían a especies vedadas, incluidas ballenas de aleta y jorobadas (1). Del mismo modo, los investigadores del Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW) dieron a conocer a principios de este año los resultados del análisis de ADNde 129 muestras compradas en varios mercados de Japón. Los resultados revelaron que 100 de las muestras pertenecían a las ballenas minke, 3 eran cachalotes y 2 eran rorcuales de Bryde (rorcual tropical). Las tres especies para las cuales Japón concede permisos de caza. No obstante, de las otras 25 muestras, 2 ejemplares eran ballenas jorobadas, 5 eran ballena de aleta (rorcual común), 1 era ballena sei (rorcual norteño), 16 eran delfines y 1 era un caballo. Sin embargo, lo más preocupante fue el descubrimiento en el año 2000 de productos de ballena gris muy probablemente de un ejemplar de la población del Pacífico noroccidental, una de las ballenas más escasas del mundo, de las que quedan sólo unos 100 ejemplares como máximo. Pese a que el análisis de ADN puede ser una herramienta útil para detectar productos balleneros comercializados ilegalmente, no es en sí una forma de impedir la captura ballenera pirata, a pesar de que tanto Japón como Noruega presenten el análisis de los registros de ADN como un mecanismo eficaz para controlar el comercio ilegal. ESQUEMA DE GESTIÓN REVISADO (RMS)
La condena de la captura comercial de ballenas es imperiosa, y la combinación defactores biológicos y económicos que llevó en el pasado a la aniquilación masiva de ballenas hace imposible la creación de un programa de control que salvaguar de adecuadamente a las poblaciones balleneras. Muchos países que fueron alguna vez naciones balleneras (incluidos elReino Unido, Estados Unidos, Nueva Zelandia y Australia) son ahora fervientes defensores del conservacionismo en lo que a los cetáceos se refiere, pese a lo cual la CBI se ha embarcado en el establecimiento de un conjunto de nuevas reglas conocidas como Esquema de Gestión Revisado o RMS por su sigla en inglés, que podrían ser utilizadas en algún futuro cercano para controlar la captura de ballenas y, de concertarse un acuerdo, podrían anunciar ellevantamiento de la moratoria. El RMS prepara el terreno para una reapertura de la captura comercial de ballenas en gran escala, y Greenpeace se opone terminantemente a su finalización e incorporación al Programa de la CBI. Greenpeace considera que la CBI debe modificar su misión para alejarse de la explotación y acercarse a la conservación de ballenas, y en especial debe concentrarse en crear e implementar planes de recuperación para las poblaciones balleneras más amenazadas y en perseverar y expandir su trabajo sobre los peligros ambientales. (1) Servicio de Noticias de Reuters, 20 de diciembre de 2000


La caza de focas en Canadá



La caza canadiense de focas es la matanza comercial más grande de mamíferos marinos en el planeta. Esto era verdad incluso antes del gobierno canadiense anunciara que permitiría que los pescadores mataran a 975.000 focas en Terranova y Labrador entre 2003 y 2006. A pesar de las evidencias científicas que un número tan elevado es insostenible, el gobierno afirma que la caza no afectará a las poblaciones de focas. Para empeorar las cosas, es más que dudoso que el gobierno canadiense hará cumplir el límite estipulado de animales muertos ya que no hay medidas de control. Después de todo, los funcionarios lo han ignorado ya en el pasado. El objetivo de la caza son las focas más jóvenes. Las cifras oficiales del propio gobierno canadiense demuestran que el 96,6% de las 286.238 focas muertas durante la caza 2002-2003 tenían entre 12 días a 12 semanas de edad. Estas focas eran abatidas con un palo o con un instrumento para romper el hielo, el hakapik. Más adelante, los cazadores utilizan rifles.Un número alarmante de focas son despellejadas cuando aún están vivas y conscientes. Recientemente, un equipo independiente e internacional de veterinarios observó la caza, y examinó los cadáveres de las focas desolladas. Encontraron pruebas de que hasta el 40% de focas fueron despellejadas mientras aún eran capaces de sentir dolor.Muchos canadienses -- así como ciudadanos de otras naciones – se horrorizan con la brutalidad y la no sostenibilidad de esta caza sin sentido. Y tampoco creen en las afirmaciones del gobierno canadiense de que la caza es necesaria para proteger las poblaciones de peces, que han sido exportadas masivamente por la pesca industrial. Si quieres saber cómo puedes ayudar a luchar contra esta barbarie, por favor visita: Día Internacional de Acción contra la Caza de Focas : te informamos de las protestas que estamos organizando para el próximo día 15 de Marzo. Carta modelo contra la caza de focas en Canadá Sobre la campaña de boicot a los productos canadienses Página de la Fundación Altarriba con información complementaria Página oficial de la HSUS con toda la información del Día Internacional de Acción contra la caza de focas Página oficial de la Sea Shepherd sobre las campañas contra la caza de focas Página oficial de la WSPA sobre el Día Internacional de Acción contra la caza de focas Este video es muy duro si eres medianamente sensible al dolor de los animales.

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